Lo que conocemos como punto G es un área situada en la zona pélvica de las mujeres, que fue descrita por el ginecólogo Ernst Gräfenberg en los años 40, y acuñado el nombre en su “honor” en los años 80. Aunque ya sabes que no nos gusta nada ponerle nombre de “señores” a las zonas del cuerpo de la mujer.

Se localiza detrás del pubis, alrededor de la uretra en la base de la vejiga. Para tocarlo puedes introducir un dedo en el canal vaginal y dóblalo como un gancho. Esa zona que toca la yema del dedo es el punto G. Una vez sepas donde está, si te apetece puedes estimularlo también con juguetes eróticos o con un pene.

Lo que se estimula son las glándulas parauretrales, las responsables de la eyaculación femenina. Por eso se conoce también como próstata femenina.

No hay un consenso sobre si existe o no, y los estudios científicos son escasos y controvertidos por falta de rigurosidad.

Algunas personas describen placer e incluso pueden llegar a sentir orgasmos. Otras les molesta o no sienten nada. Todo es posible. Por eso para algunas personas es una zona erógena, y para otras no. Dependerá de la sensibilidad de cada una, pero recuerda que siempre necesitas un aprendizaje, excitación, deseo y práctica.

Así que si localizas el punto y te gusta al estimularte, perfecto. Si no, no te pasa nada: ni eres rara, ni estás incompleta ni estas rota. Recuerda que cada cuerpo es distinto, y cada persona tiene una manera única de sentir placer.